07 marzo, 2010

Domenica é sempre domenica

Después de una noche entera sin dormir
y de dos maravillosas horas de sueño entre las 8 y las 10 de la mañana (¡gracias amor!)
hemos decidido sacar al sol nuestros 4 cuerpitos.
Este ha sido el sitio elegido:


Muchas de estas flores ahora se encuentran en la carretilla de Mirella, después de haber descansado un rato en el piso del salón ("¡Mira mamá! ¡¡Ha llegado la primavera!!"), listas para ser utilizadas en quién sabe cuantos proyectos..
Aunque mi rodilla derecha no piensa lo mismo, el cesped, el sol y la brisa que soplaba nos han regalado una buena mañana con vitamina D.
Todavía no sé decir quien se lo ha pasado mejor, si los piés de Mirella o Daddo..!

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